Apenas si existen animales
grandes, pues la escasez de vegetación a nivel del suelo no permite la
presencia de muchos herbívoros, lo que repercute en la falta de carnívoros,
aunque ésta no sea total. Pues existen depredadores amazónicos, entre ellos el
jaguar, pequeños félidos como el ocelote, el jaguarundi y el tigrillo, omnívoros como el kinkajú o poto, y las conocidas y mitificadas
anacondas y boas constrictoras, que suelen mantenerse sumergidas en el agua o
cerca de ella. También viven algunos mamíferos herbívoros, como el venadillo omazama,
el tapir, el pécari, y roedores gigantes de costumbres más o menos anfibias,
como la capibara, las pacas comunes y los coipús.
El mundo de
los insectívoros terrestres está representado por dos grandes especies: el oso
hormiguero gigante y el tamandúa. Este, con su cola prensil, se desenvuelve
perfectamente en el medio arborícola. Resguardados por el alto follaje viven
muchas clases de monos y otros animales de cola prensil, como el perezoso
tridáctilo, el poto, el puerco espín, el yapok marsupial, etc., y, por supuesto,
miles de especies de pájaros de los más vistosos colores. A esta intensa vida
aérea corresponde igualmente el variado y multiforme mundo de los insectos,
innumerables y de todas clases, desde las grandes mariposas hasta los diminutos
mosquitos, pasando por los gigantescos escarabajos, las coloreadas orugas,
arañas y múltiples clases de hormigas y moscas. Tan rica como la fauna
arborícola resulta la acuática que vive dentro del sistema hidrográfico del
Amazonas, pues son mas de 1.500 las especies de peces, en gran parte marinas
que se han adaptado a vivir en agua dulce.
De todas
ellas, las más conocidas son: la anguila eléctrica, que caza a sus presas
inmovilizándolas con una fuerte descarga; el piracurú o arapaima, el mayor pez de la cuenca
(puede pesar .hasta más de 100 Kg.) y principal alimento humano de la Amazonia;
la raya de agua dulce; los peces gato, como el candirus, de sólo 2 cm. de
longitud, parásito de otros peces e incluso del hombre al introducirse por los
orificios naturales y permanecer en ellos gracias a las púas de su cabeza, que
hacen el oficio de anzuelo, y la temida y voraz piraña, protagonista de algunos
terribles relatos que le han adjudicado el nombre de pez asesino, aunque la
verdad es que no suele atacar a hombres o a animales si no es azuzada por el
olor de la sangre y si se encuentra además en grandes manadas.
También al
medio acuático pertenecen ciertos mamíferos, como algunos delfines y los
manatíes o sirenas, estos últimos en peligro de extinción por ser objeto de una
caza indiscriminada, y asimismo reptiles, como las tortugas y los caimanes,
considerados también como grandes depredadores. Pero en la Amazonia hay seres
humanos; y a pesar de que los hemos relegado al último lugar, después de hablar
de la flora y de la fauna, esos seres, aunque en minoría, merecen la mayor
atención.
No hay comentarios:
Publicar un comentario